Wednesday, July 22, 2009

A propósito de la hipocresia colombiana en relación con la muerte de un hipopótamo

Los más grave de la muerte del hipopótamo de la hacienda Nápoles, es que ese hecho puede o debe ser una cortina de humo, como tantas a las que este gobierno nos ha acostumbrado -recuérdese que hace poco, justo después del fallo del Consejo de Estado que anulaba las elecciones de 2006, salió el Presidente Uribe a decir que, finalmente, autorizaba a la tan no justamente denostada Piedad Córdoba, a mediar en las liberaciones de Moncayo y otros secuestrados por los subversivos de las Farc, cuando terca e insensiblemente había negado esa posibilidad: ¿de cuándo acá tanta voluntad de diálogo?, ¿será que Uribe se acordó intempestivamente de la parte de su slogan 'corazón grande'?-, que desvían la atención de los problemas verdaderamente acuciantes; los muy mal llamados 'falsos positivos' (que, en realidad, son 'crímenes de Estado'), la creciente impopularidad del Congreso (incluyendo el circo de actos bochornosos que han presentado este año: las borracheras legislativas, la reforma política de Valencia Cossio, la releección y el último de comedia, la recusación del presidente de la cámara), los más de 3000 desplazados del parque tercer milenio a los que la ciudad de Bogotá les ha dado la espalda - y Samuelito también ha aprendido de su maestro ejecutivo, con sus últimas travesuras aeroestáticas panem et circences-, las pésimas relaciones que tiene el país a la sazón con sus países vecinos, entre otros.
¿Y cuándo será que los chicuelos del parque de 93, apoyados por la revista Soho, convoquen a una marcha por alguna red social como facebook o twitter para protestar por estos problemas mencionados?, ¿Será porque a alguien no se le ha ocurrido diseñar unas máscaras que les gusten lo suficiente como para que se animen a arengar en su lugar común?, ¿por qué será que la muerte del hipopótamo les afloja el corazón hasta el tuétano, pero la muerte de sus compatriotas y todos los problemas mencionados los invisibilizan?
Lo grave no es que maten a un hipopótamo del extinto capo Escobar, que según los ecologistas hacía más perjuicio que bien (cf. Semana.com: http://www.semana.com/noticias-medio-ambiente/hipopocresia-nacional/126244.aspx), sino que nos indignemos moralmente con ello y no con lo otro, que nos sigan distrayendo con hechos triviales, que nuestros dirigentes sólo muestren el 'corazón grande' para esconder los males, mientras nos distraen con conciertos de protagonistas de comercial de margarina, y zeppelines publicitarios o globos.