Tuesday, March 11, 2008

A propósito de Caballero -pensando en los intersticios

Quienes han seguido a Caballero en sus columnas en Semana (a otr@s les gustara su única novela, a otr@s sus caricaturas, a otrOs su periodismo taurino), pueden descubrir una vez más la insistencia de Caballero en su diágnostico del conflicto: tanto la guerrilla -como los paras- son 'SINTOMAS del problema'. Pero luego sostiene crípticamente -muy en su estilo- que el problema es histórico. Se puede en este punto entender o no a Caballero.
Por una lado, sorprende su afirmación espuria, según la cual "y una consecuencia del problema, como una llaga purulenta es el síntoma y la consecuencia de una infección, pero no es la infección. El problema, o la infección, es histórico: viene de ayer, y hay que resolverlo para mañana: no basta con cauterizarlo hoy, dejándolo vivo y exacerbado en el torrente interno de la sangre". Nos describe el problema en términos de una enfermedad, cuyo nombre podemos presumir. Asistimos, pues a la vaguedad.
Lo interesante de ella es que nos deja la posibilidad abierta de pensar cuál es esa enfermedad -que se deja pensar los intertisticios; propone volver sobre los hechos para constatar tentativamente un lugar común: que la violencia ha engendrado violencia, y que con ella se pretendió dar solución a un problema original.
Cabe preguntarse por qué este problema es político; no basta con decir que la solución en Colombia es política.

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