La idea que más me parece sugestiva de las creencias religiosas siempre ha sido la existencia de los ángeles, y las ideas conexas con ella: que estos seres sean típicamente mensajeros, que el diablo sea un ángel caído, que cada uno tenga su propio ángel de la guarda (de ahí que me haya gustado tanto So faraway so Close, de Wenders, y más Der Himmel Über Berlin).

Debe ser una labor muy difícil para los ángeles cuidar a un ser humano, sobre todo cuando se encuentra rodeado de demonios; han de verse obligados a acudir, incluso, a métodos no muy expeditos para hacerles entrar en razón, para que vayan por buen camino: los humanos somos muy tercos y no siempre queremos hacer lo que más nos conviene.